Cegado por ‘Cegados por el sol’

Opinió / Lluís Abbou

 

Llega el verano y con él lo hace, anualmente desde 2015, la obra maestra de Luca Guadagnino, Cegados por el sol (en inglés, A Bigger Splash).  La cinta empieza con mucho ruido, caos. Gente chillando en un estadio ––un concierto. Seguidamente un cambio de escena. Sol de una tarde de veranos, dos cuerpos (un hombre y una mujer) desnudos cerca de una piscina en medio de la nada. Poco a poco sabemos que esos dos cuerpos pertenecen a una estrella de rock afónica (Tilda Swinton interpretando a Marianne) y su novio (Matthias Schoenaerts como Paul) de vacaciones en un escondite del mediterráneo. La paz en la isla siciliana es truncada por un viejo amante (Ralph Fiennes en la piel de Harry) y una joven atractiva (Dakota Johnson como Penélope) que viaja con él. Guadagnino nos sitúa en la esfera privada de la vida de una cantante y con su característico manejo de la cámara nos viene a decir que la existencia de estos personajes, iluminada con intensos deseos y mucho dinero (todos pertenecen a la farándula), está sujeta a la lujuria y la venganza. Cegados por el sol es una película para observar estas cuatro vidas y pasar el rato con estos personajes, por repelentes que sean sus acciones, decisiones y moral.

Cegados por el sol es una adaptación bastante liberal realizada por Guadagnino y el guionista David Kajganich de la película francesa de 1969 La Piscine. En la nueva versión, la acción es trasladada desde el sur de Francia a la isla italiana de Pantelaria, más cerca de Túnez que de Sicilia. La piscina, como en la cinta original, es un personaje más. Es el centro de todo tipo de sensualidad. Es un pantano primordial de deseo, un espacio en el que no hay nada que hacer más que holgazanear, mirando furtivamente cuerpos semidesnudos.

Guadagnino mezcla los momentos de diversión, calma y depresión (cenas sin fin, música a todo volumen a las dos de la tarde, bailes, discusiones subidas de tono…) de un largo fin de semana con explosiones de acción frenética de corta duración. Sentimos la exasperación de Marianne y Paul ante los invitados inesperados. El cuarteto principal de personajes es trepidante y divertido. Son tentadores y agotadores. Son obscenos. Marianne y Paul son como Adam y Eva, con serpientes que se arrastran hasta su paraíso (literalmente). Harry y Penélope irrumpen su tranquilidad edénica. Harry quiere reactivar la llama apagada con Marianne y Penélope tiene la intención de arrasar con todo.

La nostalgia es lo único que sustenta muchas amistades, pero se agota rápidamente cuando pasan tiempo juntos. Cegados por el sol habla del dolor que sentimos cuando nuestros corazones y mentes se desplazan hacia el pasado. La nostalgia de Paul por su trabajo como documentalista, la nostalgia de Harry por su relación con Marianne, el anhelo de Marianne por una amistad con Harry. Su vínculo parece ser más una cadena oxidada encadenada a sus tobillos que una red de amigos verdaderos.

Cuando la película parece entrar en su último acto, Guadagnino presenta al espectador a un gran grupo de inmigrantes que servirá para cubrir los pecados de Marianne y Paul. Esta critica a la crisis migratoria cuando la cinta parece acabar puede ser desconcertante, incluso de mal gusto. En 2011, un barco de 250 refugiados se hundió frente a la costa de Pantelaria. Es interesante observar que durante todo el metraje sólo en una conversación se ha hace referencia a la población inmigrante de la isla. Es cuando Penélope y Paul van de excursión, dejando los confines del chalé y el lujo.

Quizás la conclusión es la siguiente: si estas estrellas, ricas y famosas, no pueden ser felices con sus gafas de sol de marca, su desnudez platónica, su propio Edén… ¿qué posibilidades tenemos los mortales? Si el pasado es inaccesible, pero siempre está presente, ¿dónde encontramos la felicidad entre nuestros arrepentimientos por lo que ha pasado y nuestros miedos por lo que vendrá? Cegados por el sol también es un recordatorio de que durante los tiempos de crisis siempre son los más pobres y vulnerables de nuestra sociedad los que sufren más duramente.

Con un dialogo afilado, vidas y pasados muy diferentes, miradas de ojos verdes y azules y estratagemas retorcidas que buscan la atención, Cegados por el sol es un muy entretenido y recomendable thriller psicológico. A medida que nuestro estelar quartet se quita la ropa, sus intenciones cada vez parecen más claras y sus vidas se tambalean hacia siniestros finales, el privilegio de estos vacacionistas de lujo se pone de manifiesto a través de los inmigrantes tunecinos que llegan a la isla. Cegados por el sol es una de esas pocas películas que jamás me cansaré de ver. 

Link trailer español: https://www.youtube.com/watch?v=gihw9VXqLCQ.

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